Cuando tus alumnos entran en clase, todos vienen con necesidades que esperan puedan ser cubiertas. Muchos de ellos agradecen las actividades propuestas en clase y valoran la atención que reciben de ti como docente. Normalmente cooperan y responden de forma positiva en tus clases. Este tipo de alumno (la mayoría) son los que hacen que nuestra profesión parezca sencilla.
Sin embargo, otros alumnos son bastante más complicados. En ocasiones, algunos alumnos vienen a clase desmotivados, y con unas necesidades emocionales difíciles de cubrir. A menudo nos comunican esas necesidades de una forma que nos puede parecer frustrante y cuando menos un reto en nuestra labor docente. Veamos tres tipos de alumno que suponen un reto para cualquier docente y la forma de ayudarles.
El alumno que no sabe nada
El alumno “no sé” responde a cada tarea con un “no sé”. Su lenguaje no verbal nos dice que está preocupado o incluso asustado, pero no apático. Al alumno “no sé” le falta confianza en sí mismo. Sin embargo, un análisis objetivo del alumno nos deja ver que tiene potencial de sobra para tener éxito en clase. Estos son algunos de los trucos que puedes intentar para que este tipo de alumnos participe más y tenga éxito en tu clase.
- Asume que el alumno es capaz y transmíteselo. Comienza a asignarle tareas cortas y sencillas para que sepa lo que significa hacer las cosas bien y sin ayuda. Más adelante, puedes empezar a asignarle tareas más complejas.
- Presenta varias opciones de tareas que el alumno puede hacer. Tan pronto como elija, aléjate. Al principio sólo buscas que el alumno lo intente. Más adelante podrás centrarte en que además de intentarlo, lo haga bien.
- Haz que el alumno tenga que moverse para que no se bloquee antes de intentar algo. Envíalo a algún lugar en el que necesita obtener información. Dale un objeto necesario para completar la tarea. Haz que busque una página específica en un libro para comenzar la tarea.
El alumno pasota
El alumno “pasota” tiene una actitud de que nada le importa. Puede echar al traste todo el entusiasmo que traes a clase y que intentas transmitir al resto del grupo. Este tipo de alumnado hace que la clase se resienta con su actitud y puede crear un ambiente nada productivo en el aula. Pero no todo es negativo. En realidad, este tipo de alumnos no pasan de todo. Las cosas les importan más de lo que podamos creer a priori. En muchas ocasiones, arrastran una historia de fracasos escolares que les hace dudar de su habilidad y temen sentirse dolidos de nuevo.
- Mantén una reunión privada con este alumno. Averigua cual es su historia en la escuela, qué temas le interesan, qué se le da bien. Pregunta sobre las cosas que le preocupan en la escuela, o en tu clase. Si escuchas activamente, probablemente puedas aprender unas cuantas cosas que te ayudaran a trabajar con este alumno.
- Utiliza lo que hayas aprendido en la conversación para trabajar con este alumno y despertar su interés. Intenta incluir en tus lecciones temas que le interesan o que él percibe como importantes.
- Intenta enseñar usando métodos variados. Quizás este alumno aprende mejor con estímulos visuales o puede que necesite moverse para asimilar conceptos. Busca la forma de que este alumno sepa lo que es tener éxito en tus clases. No te olvides de reconocer (públicamente si es necesario) aquellas cosas, por pocas que sean, que el alumno hace bien.
El alumno que protesta por todo
Hay un tipo de alumno que supone un reto adicional al alumno “pasota”. No sólo se presenta apático ante las actividades propuestas, sino que además busca la confrontación con el profesor. Cuando el profesor entra en esta dinámica con el alumno, se crea una situación que no deja de ser una lucha de poder en la que habrá un vencedor y un vencido. Como profesor debes evitar estas situaciones.
Este tipo de alumno busca este tipo de situaciones porque necesita demostrar su poder o porque busca vengarse del sistema educativo que no parece estar hecho a su medida. Nada asegura tu éxito con este tipo de alumnos, pero estos cuatro pasos pueden mejorar tus probabilidades de éxito.
- Busca tareas en clase en los que este alumno pueda actuar como líder.
- Enseña a este alumno a usar su liderazgo de forma positiva. Si siente que tiene éxito, quizás se apacigüen sus deseos de venganza.
- Haz que el alumno vea que tus expectativas de él son razonables, justas, y que buscan ayudarle a tener éxito. No habrá un cambio de comportamiento de la noche a la mañana, pero con algo de tiempo quizás te funcione.
- Sé consistente y mantente calmado. Actúa en todo momento de forma profesional. Con el tiempo empieza a celebrar con él las pequeñas mejoras que veas en su comportamiento y rendimiento escolares.
Un profesor eficaz sabe que la resistencia que oponen algunos estudiantes a sus profesores tiene una causa. Antes de poder ayudar a estos alumnos debemos conocer cual es la causa de su comportamiento anómalo. Si lo conseguimos, estos alumnos se pueden convertir en nuestros mayores defensores.